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RELATO:ANITA REGRESA AL SHOWBIZ



Continua la historia de Toribio...


Anita regresa al Showbiz

Parte I 

Fernando me escribió, tal y como quedamos, la reseña prometida pero, a diferencia del Chuck, su ortografía es no mala sino pésima y su redacción es taaaan aburrida que, lejos de ser un relato erótico parecia un pasquín de pornografía barata por lo que deseché la idea de transcribirla aquí. No obstante, derivado de eso sucedió algo muy interesante cuando Anita y Fernando fueron a cenar después de su cogida y fue que un coreógrafo, amigo de Danny -ya saben, alguna vez amante de mi mujer- estaba en el mismo café, la saludó y la citó para ver si le ayudaba como modelo en un video de unos chavos rockeros. El coreógrafo se sorprendió mucho de ver a mi mujer acompañada de otro fulano pero no hizo preguntas. Al otro día se vieron en la oficina de él y le explicó lo que tenía qué hacer. Vestirse de vampireza, toda de negro, con lencería, un antifaz y una peluca renacentista como parte de la coreografía de un grupo de rock gótico (sacan cada cosa esos jóvenes) y, mientras el vocalista cantaba, ella debía moverse en una especie de sofá antiguo. sucedió entonces que, mientras grababan, el melenudo se acercó demasiado a Anita y comenzó a acariciarla a lo que ella respondió con reacciones fingiendo placer sexual. El director del video no dejó que nadie detuviera la filmación y, según me dijo luego, Anita terminó bastante húmeda.

Ella y yo no tuvimos oportunidad de charlar en esos días por el trabajo pero regresé el mismo día en que ella regresó de la filmación. Estaba aún vestida de vampireza. Hermosa como es, mostrando sus piernas bien torneadas, sus senos apretados por el corsét gótico y su cabello desparpajado por el peinado. Platicaba animadamente nada menos que con el vocalista de esa loca banda de música metalera a quien había invitado a tomar un café. El tipo ni se inmutó, solo me saludó con voz bastante pacheca: "Buena noche hermano, qué la buena vibra te acompañe". Puede que yo sea algo pasado de moda pero, ¿que un artista se exprese de ese modo?. En fin. Me fui a dar un baño mientras ella atendía a su invitado. Como el agua no se decidía si se ponía fría o caliente, salí del baño por un cigarrillo y escuché risitas entre ellos, bajé a la cocina y desde fuera vi cómo él trataba de abrazarla metiéndole mano mientras ella fingía no dejarse. Ahí está otra vez, pensé. Me regresé al baño y saliendo fui a descansar un poco, me quedé dormido y desperté como a la hora. Mi mujer parecía seguir atendiendo a su amigo. Bajé de nuevo y no había nadie en la cocina así que pensé estaba en el patio pero en la mesa había una nota: "Regreso en un rato, fui a dar una vuelta".

Sí claro, mejor debió poner "Me fui a dar vueltas en la cama con mi cuate". Decidí no esperarla y pensé en dormir pero cuando apagué la tele y todo lo que hacía ruido, escuché lo que parecía una especie de festejo en la parte trasera de la casa pero como ahogado, como si fuera en un interior. Me asomé y había un "camper" estacionado nada menos que en el patio trasero de mi casa y dentro parecía haber una animada fiesta. Lo que me faltaba, pensé, unos invasores se meten a echar juerga en mi casa. Cuando estuve frente al camper pensé en tocar violentamente la puerta (traía un arma que tenemos para seguridad en la casa) pero escuché claramente a mi esposa riendo y echando relajo con al menos dos tipos. Me asomé por una rendija (cosa que al parecer comienza a convertirse en mi vocación cornuda) y vi cómo había una chica mas, su amigo el melenudo y otro sujeto pero mayor, de hecho vestido muy decentemente (y muy elegantemente). Mi esposa estaba sentada en las piernas de ese señor y él la acariciaba, le besaba el cuello y de plano la trataba como una puta metiendo repentinamente su mano dentro del ajustado corsét. Él tipo le decía: "Bueno Anita, ¿te animas a trabajar con nosotros o no?", mi mujer le respondió que no, que le gustaba de vez en cuando filmar cosas pero que el ambiente no era lo suyo. El metalero de pronto se puso un condón, tomó a mi mujer, se la quitó al sonriente sujeto del regazo y la aventó a un camastro dentro del vehículo, la penetró mientras el otro hombre cachondeba con la otra chica y comenzó a hacer gritar -de placer, claro- a mi mujer. Le tiraba el cabello, le mordisqueaba el cuello y se besaban con ahínco. El otro señor comenzó a cogerse a la otra chica y de repente estaban los cuatro revueltos en la camita y yo tenía una gran cara de idiota sorprendido. Pero algo me dejó de plano de una pieza. El greñudo levantó a mi mujer y sin dejar de besarla le preguntó: "¿Pasamos la noche en mi casa?". Afortunadamente ella se negó, le dijo que podrían coger un rato mas pero que ella no salía de casa.

Luego me enteré de que el tipo del traje era el productor de los videos y que quería darle trabajo (y estarse cogiendo) a mi mujer pero ella no quiso. Según me dijo Anita, el metalero insistió en que se convirtiera en su amante pero mi mujer ya había tenido suficiente con el otro vocalista del que ya también les platiqué. "Te ven cara de groupie, mi amor" le dije yo de broma pero, estaba por suceder algo que nos llevó a un nivel arriba en este oficio de los cuernos

Parte II

La banda del metalero tenían un promotor originario de Dakota e invitaron a mi mujer a una reunión informal -pero con mucho lujo- de ellos a la que me invitó a acompañarla. Hubo mucha seriedad y cierta hipocrecía del melenudo hasta que llegó el promotor. Un sujeto negro, alto y obviamente corpulento. Sucedió lo que yo en el fondo hubiera querido, mi esposa y el negro se miraron con esa chispa de shok. Se habían gustado y en toda la reunión no dejaron de demostrarlo. Hubo cerveza y mas bebidas y, ya en un plan de ebriedad controlada le pregunté a Anita: "Te gustó el pinche negro, ¿verdad?". Mientras bebía su copa se sonrojó y sonrío maliciosamente. "La verdad sí". Le dije que nos faltaba cumplir esa fantasía. Cachondeamos un poco en ese sofá con un ambiente rockero-místico y de pronto me dijo: "Hace rato me invitó a salir". Mi corazón comenzó a latir con fuerza. "¿Y por qué esperar?", dije, "Llévatelo a un rincón o a algún lado", de repente mostraba yo demasiada prisa y ella se negó por el momento. No obstante, comenzó a "charlar" y sacar pláticas al negro, Irving (y ese es su nombre), y este no se hizo del rogar. Le tomaba la cintura, le pasaba el brazo por el hombro y ese tipo de coqueteos simulados. Para no parecer idiota me fui a babosear el equipo de los monos estos y sus guitarras. De pronto Anita me envió un mensaje: "Quiere que vayamos a un hotel, qué hago????". Me excité. Le respondí el mensaje: "Pues como tú quieras pero puedes llevarlo a la casa, al cuarto de visitas". Pasó un rato entre risas y relajo y de pronto los vi salir. Recibí otro mensaje: "Pero llega tú antes. le dije que tenías que ir a ver a tu tía y se ofreció llevarme a la casa, jijijiji". Le respondí que si entonces yo iba a verlo todo y dijo: "Eit, pero escondido". El resto es entrar en detalles así que me brinco hasta el momento en que llegué a casa, dejé el auto en la cochera de un vecino y entré rápidamente para ocultarme en las sombras.

Como veía que tardaban le marqué pero me mandaba al buzón (luego supe que venían de calientes en el auto). Casi me preocupaba cuando escuché que entraban a la cochera, salían del auto y entraban a la casa. El sujeto la cargó (los vi desde la habitación de visitas) y eso me excitó bastantísimo. Ya dentro de casa se aventaron un "faje" bastante inspirador y de pronto el preguntó: "¿Está tu esposou por llegar?" ella le dijo que no, que llegaría en algunas horas así que él simplemente la levantó nuevamente, la llevó a un sillón y le abrió la blusa mientras él se abría el pantalón. Ni todos mis ex corneadores juntos superaban al tipo este, de hecho Anita puso una alarmada cara de sorpresa exclamando: "¡Ay chiquito que pitote!". Acto seguido intentó hacer que Anita se la chupara pero, fiel ella a sus convicciones, sacó rápidamente un condón de su corset (como que ya planeaba algo con el melenudo), se lo puso como pudo al negrote y en seguida se puso a lamer a mi poderosa competencia. Luego Irving, fuerte y poderoso la levantó en vilo, él se sentó en el sillón y luego la sentó a ella sobre su enorme pene haciéndola pegar un grito. Comenzó a moverla y, parecera pervertido decirlo así, pero parecía una chiquilla colegiala siendo violada por un maestro. Solo pegaba de gritos y hasta llegó a decir: "¡Ya no por favor!". Irving ni se inmutó. Luego le tomó las manos, la volteó y la puso de "a perrito" y comenzó a darle haciéndola gemir. Luego se la sacó, la tiró a la alfombra y se fué encima de ella. Le levantó las piernas y le metió el monstruote sin soltarle las manos, besándola y metiéndole también su lengüa hasta la garganta. Anita pegaba de gritos -entre de auxilio y entre de placer- de tal modo que yo me prendí como nunca antes me había sucedido.

"No Irving, ya por favor", pedía mi mujer, pero el negrazo la ignoraba y de pronto se volteó para hacerle el 69. Mi pobre mujer apenas si podía con ese pene en la boca pero la lengüa de Irving la hizo retorcer los ojos. El negro de repente tuvo un orgasmo y lanzó un gemido tremendo. Se quitó el profiláctico y regresó a hacerle sexo oral a Anita haciéndola terminar en su boca. Los gemidos de mi mujer parecían de película porno, me cae. La abrazó comenzando a besarla pero Anita parecía exhausta. Él le preguntó si tenía mas condones y Anita solo levantó el dedo para señalarle su bolso. Comenzó a masajearla y ambos se desnudaron completamente (es decir, él se quitó la playera y ella la blusa, que era lo que se habían dejado). Comenzaron el segundo episodio en una muy erótica sesión de caricias, besos, chupadas y el pene de Irving comenzó a levantarse esta vez acariciado y chupado por Anita. La levantó y la recargó en la mesa del comedor para comenzar a cogérsela primero de pié y luego ella se subió, a la mesa, para que él se la cogiera con las piernas de ella sobre los hombros de él. "¡Papacito!" dijo Anita gimiendo mientras Irving le decía "Oh honey! I love you sweetheart!", "My foxy gal!". Cuando comenzaron a gritar los dos, al parecer, tuvieron un orgasmo tal que tiraron un par de tazas que había en otro extremo de la mesa.

Cuando estaban relajados ella comenzó a recoger su ropa diciendo que yo estaba por llegar. Él preguntó si habría mas de eso después y ella lo golpeó en el pecho con la falda diciendo que sí, que era muy probable. Se besaron y él comenzó a vestirse para de nuevo besarla y despedirse. En cuanto Irving se había marchado salí yo de la oscuridad. Anita y yo festejamos el cumplimiento de la fantasía y, sin preguntas -no hacía falta-, subimos a la alcoba. Pensé que después de eso ella habría quedado satisfecha pero literalmente me cogió. Descubrí que entre mas audaz sea el asunto, Anita se prende mas.

Posteriormente el melenudo se indignó y dejó de hablarle a Anita y a su promotor como que ya no le habla bien (claro, le bajó la vieja, ja ja ja ja ja). Irving no resultó un obsesivo pero sí repentinamente busca a mi mujer. Reconozco que no precisamente para tener sexo pero al final la idea de él es esa. A Anita y a mí se nos había dado la fantasía de un negro, como ya lo había mencionado antes. A mí por los relatos que veo en este blog y a ella porque le gusta la idea. Dejó de ver a Fernando, no he preguntado el por qué; me platicó todo con él y hasta lo del melenudo me lo dijo. Me confesó que si Irving la invita de nuevo a acostarse con él desde luego que lo hará aunque, dice ella, el tipo está mas tiempo de viaje lo cual es mas divertido en todo caso. Al menos eso dice.

Nos hemos cumplido pues, una fantasía que parecía bastante lejana.
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