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RELATOS: LA VEDETTE



Gran relato de los amigos de Gus Becker & Marcel Milord, lo comparto aqui!

Dado que muchos de ustedes me preguntan como empezó todo, cúal fue el motivo que produjo que me dedique a este pasatiempo, se los voy a narrar. 

Empezaban los ochenta, yo contaba con tan solo 5 años, mi madre de nombre Sandra era bailarina y trabajaba de segunda vedette en uno de los teatros de la calle Corrientes (Buenos Aires, Argentina). 

Miguel, mi papá, gracias a una suculenta indemnización que recibió y al gordo salario de mami había logrado montar una pequeña distribuidora de medicamentos, obligado por la necesidad viajaba mucho al interior del país, en busca de nuevas rutas de ventas, provocando que lo veamos más en fotos que en persona. 

Por ese tiempo mamá tenía 24 años, y facciones finas, nariz respingada y una boca preciosa, 1.73 mts. de altura, tez clara, pelo castaño, largo casi rizado y con un cuerpo atractivo de cintura chica, busto pequeño pero con una cola bien formada y redonda que piropean los hombres cuando pasan a su lado, sin excepción. Ella trabajaba todas las noches de martes a domingo en el teatro y los fines de semana tenía doble función. 

Mi padre es 11 años mayor que mami, nació en la provincia de Chubut y mi madre en Córdoba, ellos se conocieron y se casaron en Capital Federal, ciudad en la cual vivimos. A mami no le gustaban las niñeras, creo que era una cuestión de confianza porque siempre decía "no le voy a dejar a una desconocida a mi único hijo, ¡Ni muerta!", por tal motivo y sumado a que no había ningun familiar cerca, cuando trabajaba y no estaba papá, me dejaba bajo el cuidado de mi padrino Juan que vivía a unas pocas cuadras de nuestro departamento y es un amigo de la infancia de mi padre con quien cursó facultad. Juan trabajaba en la distribuidora, era el nexo con los laboratorios, casi siempre podía acomodar los horarios de tabajo a su antojo, era soltero, fornido, de carácter firme, bastante introvertido y muy compinche mio, no pasaba día sin que me regalase algo, me llamaba cariñosamente su socio. 

Una noche estando con Juan en nuestro departamento y esperando a que regrese mamá del tratro, no imaginaba que ocurriría algo que me marcaría para siempre. 

Mientrás yo estaba desvelado jugando con la Atari, Juan bebía whisky para ahogar el recuerdo de su novia rompiendo con él, por mujeriego. 

Mi madre llegó a eso de las 3:30 hs. de la madrugada, para esa altura mi padrino estaba bajo los efectos de la botella de alcohol que había sentenciado a muerte. Ni bien ella cerró la puerta me colgué a upa para besarla y abrazarla. 

Ella llevaba un tapado de piel y por debajo un vestido rojo ajustado de tirantes, que terminaba tipo pollerita y que con esfuerzo cubría su cola, medias de red y zapatos de taco aguja del mismo color del vestido y mucha porpurina que por salir rapido de su trabajo no tuvo tiempo a quitarse. Tiro su cartera por ahí y sin bajarme se sacó el tapado como pudo, dejando sin querer con los movimientos uno de sus pechos al descubierto, no acostumbra a llevar corpiño. 

Al bajarme se acomodo nuevamente el vestido. 

Creo que mi padrino notó este pequeño percance, porque se quedó mirando a mi mamá de arriba a abajo con ojos inyectados de sangre. 

Ella le preguntó a Juan si habíamos cenado y al obtener una respuesta afirmativa, me llevó a mi cuarto, me acostó, me acobijó y tras llenarme de mimos me despidió hasta mañana con un sonoro beso en mi cachete que quedó con la marca de su rouge manchado. Al retirarse de mi cuarto apagó la luz y dejó la puerta entreabierta. 

Al intentar dormirme escuché que mamá antes de ducharse, le dio un pijama de papá y le dijo a mi padrino que estaba muy ebrio para irse solo, recomendandole que se quede a dormir en la habitación de huspedes, él aceptó complacido. El cuarto de huespedes, está al lado de la mia y en frente de ambas, cruzando un pequeño pasillo alfombrado, se encuentra el baño y a su lado el dormitorio de mis padres. Pasados varios minutos la luz del cuarto de la habitación de mamá se escurría por el pasillo y entraba en mi dormitorio, molestandome, no dejandome dormir, ya que ella tenía por costumbre entornar su puerta para escuchar si me levantaba o en caso de que necesitara algo. 

Por la abertura de nuestras puertas pude observarla sacarse el toallón blanco que envolvía su desnudo escultural cuerpo y con su espalda en dirección al pasillo, procedió a apoyar alternadamente en su cama cada una de sus finas piernas, para encremarlas lentamente, siguió con su hermosa cola, que al estar agachada se veía mucho más grande; de su cola las manos pasaron a su pelvis totalmente depilada posibilitando ver su pequeña raja con la cual jugueteo breves segundos y seguir camino por su vientre y pechos. Con movimientos circulares envolvía sus tetas con la blanca sustancia hasta que el color desaparecía y solo quedaba el apetitoso brillo aceitoso, al pasar sus manos por los pezones, estos se tornaban duros, crecían en ancho y sobre todo en largo. Mi madre era una imágen hipnótica, no podía despegar mis ojos de ella. Al tiempo que se encremaba el cuello y la cara, sus enhiestos pezones desafiaban la gravedad. 

Terminada la tarea, se vistió con una tanguita chiquita negra transparente, que sus glúteos engullían gustosamente, la prenda eran dos triangulitos conectados por una tirita a cada lado y el triangulito de adelante era mucho más pequeño que el de atrás, y un camisón de encaje negro, que transparentaba su pancita pero no sus pechitos. 

Apagó la luz y se acostó. 

Esperando al sueño, pasaba los minutos pensando que bonita mamá tenía. Entre la penumbra vi una silueta que caminaba por el pasillo y se detenía en el marco de la puerta del cuarto de mi madre, permanecí observandola sin saber si era parte de mi sueño o de la realidad, para asegurar me levanté de la cama y esconciendome detrás de la puerta la espíe. 

La corpulenta silueta con una mano se tocaba entre las piernas, agudizando mi vista pude advertir que era mi padrino. 

Sin pedir permiso se introdujo en la habitación de mamá, se acercó a ella y mientras la acariciaba por sobre las mantas se seguía tocando. La destapó lentamente y jugó con su camisón, las caricias se transformaron en apretones y despertaron a mi madre, que absorta por la situación prendió la luz y le preguntó que le pasaba, que quería. 

Juan respondio con una voz gotural: 

-A vos te quiero... 

Ella le preguntó si estaba loco y de una forma imperativa lo mandó a dormir llamandolo borracho. 

Mamá que estaba acostada, se irguió para sentarse y con esta acción se le levantó un poco el camisón dejandole ver sus piernas y la bombachita. 

Mi padrino al verla así, extrajo del pantalon de su pijama su pito parado, cubierto por una enredadera de vanas, el glande superaba en altura a su ombligo, era ancho como mi muñeca y se lo notaba muy, muy duro. 

Mamá abrió la boca de sorpresa y al tiempo que intentaba pararse, con una de sus manos empujó el pecho de él para echarlo. 

Juan: -Dale nena, no seas arisca... podemos pasar un buen rato. 

Ella lo arañó y gritando intentó salir corriendo. Juan se enojó y la empujó a la cama, la cacheteo hasta lograr que se calle. La violencia lo excitaba, con cada golpe su pito se volvía aún más grande. Le rompió el camisón y con el ató sus brazos al respaldo de la cama y se abalanzó sobre ella. 

Apretando sus tetas intentaba besarla pero ella esquivaba la cara, a él no le importaba, le recorría la cara con su lengua, llenandola de baba. 

Bajó hasta su entrepierna y sujetandola por sus piernas, corrió su tanga y chupó su suave vagina. Pasado un rato largo, los quejidos de mami pasaron a ser suspiros. 

Sin darme cuenta, había caminado saliendo de mi escondite hasta situarme al lado de la cama de ellos. Quería defender a mamá, no soprtaba que le hicieran daño, pero una extraña fuerza me impedía correr, sentía una cosa rara en mi barriguita, como mariposas volando, y una sensación de odio y sorpresa con placer, algo dificil de describir. 

Mamá al verme volvió a retorcerse queriendo zafarse y me ordenó que pidiera ayuda a los vecinos, yo la obedecí saliendo de mi sopor y corrí hasta la puerta, la cual no pude abrir porque no tenía las llaves. 

Cuando regresaba a la habitación escuchaba los gemidos de mamá, pero ya no eran como los primeros, eran similar a los que escuchaba algunas noches cuando estaba con papá. 

Entrando al cuarto oí: 

Mamá: -Ahhhhhh!!!, Ughhhhh!!! mmm... oohhh... seeee... uhhhh... 

Y Juan contestarle entre unos glup, gluppp, plashh que producía su boca al chuparle la ya chorreante concha: 

-Sabía que te iba a gustar... tenías cara de hambre, hambre de macho... decime si te encremaste para mí... esa escena despues de ducharte, pasandote cremita, fue para calentarme?... ehhhh?... Decime! 

Al tiempo que la inquiría, las chupadas eran más fuertes. 

Mamá respondia ahogadamente: 

-Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, pero por favor dejame... soy una mujer casada... y está mi hijo...

Entré llorando y le informé que no pude abrir la puerta. Ella me pidió que vaya al teléfono y llame a la policia. 

¿Fingía el placer para que no nos haga daño o de verdad lo sentía? 

Dejando a un lado mis pensamientos y cuando estaba presto a llamar a la policía, él me sujetó de un hombro zamarreandome y gritó que cierre la puerta de la habitación y la trabe con seguro. No sé el motivo, pero le obedecí, tal vez porque dentro de mí quería seguir viendolos. 

Mamá: -Noooooooooo, por faaaaaaaavor!!!, delante del nene NOOOOOOOOOO!!! Hago lo que quieras, pero por favor sacalooooooooo... 

Juan: -No puedo correr riesgos Sandra, quiero cogerte sin que nadie nos joda. Mirame como la tengo, nunca la tuve así, esto es por vos amor, desde el primer día que te la quiero meter... Además va a venir bien que el nene aprenda a ser un hombrecito. 

Sin importarle las quejas de ella, le separó las piernas y la penetró. Sus embestidas eran salvajes como querriendo traspasarla y llegar con su pene al colchón, yo no le podía quitar la vista de encima, él se dio cuenta y giñandome un ojo, me preguntó si me gustaba ver; yo respondí la verdad, que... sí! 

Juan: -Gustavito no tenés que tener miedo ni vergüenza de lo que te estamos haciendo con mamá. Es totalmente normal, a ella le gusta. Yo quiero mucho a mami y con esto se lo demuestro. Chiquito, vos la querés a mamá? Te gusta? Ella es muy linda, no? Y más si está desnuda, verdad? 
Yo (timidamente): -sii... 

Juan: -Alguna vez la viste así... ensartada como la tengo? La viste con tu papi? 

Yo: -No... solo los escuchaba algunas noches... 
Juan: -Y te gustaba? Ehh? Pendejo, te gustaba? Contestame... 

Yo: -Si.. 

Mi padrino en cada bombeada dejaba caer más pesadamente su cuerpo sobre el de mi madre, ella gemía y susurraba que su gorda verga le estaba haciendo daño, que la estaba llenando. Ya parecía otra mujer. 

Juan: -Ya ves Sandra, a él no le molesta, le gusta vernos... Pajerito salió el nene, como los tipos que van a verte en bolas al teatro... Dejate llevar, enseñale como ser machito, para que no salga puto. Podemos disfrutar los tres, amor. 

Ella abriendo más sus piernas y cruzandolas sobre la cintura de él, le dijo: 

-Bueno... si a mi hijo no le molesta y goza entregando a su madre... Solo espero que no le cuente al padre... 

Y girando su cabeza para verme mejor dijo: -Perdoname... mamá necesitaba esto.... papá me deja mucho tiempo sola... se un buen hijo y no le contes nada, esto tiene que ser nuestro secreto... si?... prometemelo hijo... Ahhhhhhhhhh, Aghhhhhhhhhhh, Uhhhhh, Ugfffffff 

Juan: -Si le contas a tu papá vas a lastimar mucho a mamá y vos no la querés ver sufrir, no? 

Yo: -Nooo 

Juan: -Si abrís la boca papá se va a enojar y va echar a mami de casa y te vas a quedar solito... 

Yo: -NOOOOOOOOOOOOOOO!!! No quiero que mamá se vaya!!!!!!!!!!!! NO LE VOY A DECIR NADA A PAPÁ, LO PROMETO!!! 

Juan: -Ese es mi socio!!! 

Yo: -Si no digo nada, voy a poder seguir viendote así con mami? 

Ni bien termine de decir esto, ella explotó en un orgasmo brutal. 

Juan: -Si mami quiere, siiiiii. Preguntale si te va a dejar. 

Yo: -Me vas a dejar??? Daleeeeeeee, porfiiiiiiiiiiiiiiii, no le voy a decir nada a papi, daleeee, porfiiiiii... siiiiii??? 

Mamá: -Siiiiiiiii!... Sos el mejor hijo del mundo, mi amor… 

Juan: -Gusti te voy a enseñar como hay que tratar a las putitas... vas a ser todo un machito. 

Yo: -Pero... mamá es una putita??? 

Mamá: -Si amoooor, ahhhhhh, cuando tenemos una verga como la de tu padrino, todas somos putaaaaaaaaaggghhhs. Aprendé de Juaaaaaaaaaan, mirá como me poneeeeee seeeeeeee mmmmmmmmmm 

El sin dejar de bombearle, desató las manos de mami y ella enredó una mano en la cabellera de él y con la otra le ofrecía una de sus tetas para que mamase. El entendió el pedido y se prendió con la boca como buzo al tanque de oxígeno. La besaba, lamia, chupaba; se pasaba las tetas por la cara. Ella estaba como ida, reaccionando solamente cuando Juan mordia sus pezones. 

Las penetraciones eran cada vez más prufundas y menos rápidas. 
Mamá: -Oh! Ohhhhhhhhhhhhhhhh!!! Dame sin asco! La siento hasta los ovarios, mmmm 

Sujetandolo de los hombros, ella lo dio vuelta como una toma de karate, dejándolo boca arriba y emprendió una dura cabalgata, refregaba su pelvis contra la de él, con el pito dentro de ella, para sentirse bien clavada. 

Juan la agarraba del culo, abriendole los cachetes y picaramente le introducía un dedo en el culo, enardeciendo la intencidad de las penetraciones. 

Dentro del cuerpo de mi madre estaba mi padrino, pero yo debería de estar en su mente porque no dejaba de verme sin detener sus movimientos. ¿Sentiría culpa? 

Me pedía que no mire al tiempo que sus tetas eran chuponeadas. 
Me acerqué a la cama y el olor fuerte que desprendían sus sexos impregnaban mis fosas nasales. El sudor de ambos parecía lubricar el roce de sus cuerpos y evitar que se prendan fuego. 

El sable de él se clavaba más y más adentro y parecía no conformar a mi madre que subía lo máximo posible sin darle oportunidad a la verga que saliera de su concha y se dejaba caer tirando su culo hacía atrás. 

Mamá: -Lo siento... por favor hijo no mirés a mamá así, por favooooooooooooghhhh! No me mires... ohhh aghhhhhhhhh. 

Enderezando su cuerpo, apoyandose en sus rodillas y llavando sus brazos hacia atrás se afirmaba asiendose de los muslos de Juan, y este le apretaba las tetitas como queriendo exprimirlas. 

Yo me situé a un costado de la cabeza de mi padrino, obteniendo una imágen perfecta de mamá, jineteando extasiada con la cabeza echada hacia atrás con algunos cabellos descansando sobre sus hombros, ojos cerrados, con rictus facial pero con la boca entreabierta dibujando una sonrisa, con el torso hacia delante y arriba ofreciendo sus pechos en sacrificio, la espalda flexionada, sus rodillas apoyadas en la cama a los costados del abdomen de Juan, con sus prolijos pies apoyados sobre los muslos de su macho, las manos de ambos se tomaban entrelazando sus dedos, y la cadera de ella llendo de adelante hacia atrás y cada tanto describiendo movimientos circulares, no dejando ver el miembro masculino engullido por su vagina tratando de lograr el máximo roce posible de su clítoris. 

Los gemidos de ella retumbaban por toda la habitación. 

De improvisto, él la emujó a un costado, separandose y apretandose la pija le expresó: 

- Pará que me vas hacer acabar! 

Mamá no despegaba la cabeza de la cama y tras un tiempo que le sirvió a Juan para recuperarse, hizo que ella se arrodille sobre sus piernas dandole la espalda y al tiempo que le comia el cuello, la emvolvía con sus brazos masturbándola, con sus manos le separaba los labios abriendole bien la concha y frotaba velozmente su clítoris. 

Cambié de posición, para ponerme frente a esa conchita por donde nací siendo mancillda por esos dedos adúlteros. Sandra gozaba sin reprimirse en absoluto, separaba sus piernas para mejorar el acceso de la mano derecha de mi padrino a su femeneidad, la otra mano jugaba con la teta izquierda. 

Mamá gritaba como una posesa y arqueandose para poder besar a su macho, soltó chorros por la concha, mojando la cama y salpicandome la cara y el cuerpo. 

Yo: - Mami me hiciste pis!!!, me mojaste todo... 

Ella tardó en reaccionar porque estaba ida, pero al verme la carita empapada por sus chorros, extendió una mano para secarme. 

Mamá: - Uy, perdoname amor mio... mami ya te limpia. Juan, mirá lo que mi hiciste hacerle hijo de puta. 

Juan: - Jajajajaja! No es meo Gustavito, es flujo. La cerda de tu mamá eyaculó jajaja, mirá como te puso... jejeje 

Yo: - Qué es eso? 

Juan: - Es una agüita que le sale a las mujeres cuando están bien cojidas por un macho. Es para decirnos que están contentas. 

Yo: - Mami estás contenta? 

Mamá: - Eh?! No sé, todo esto es muy loco, me da vueltas la cabeza... 

Ella estaba en posición de perrito sobre la cama secandome con lo primero que encontró, sin darse cuenta que era su tanga rota. El aprovechó esa posición para penetrarla sin miramientos. 

Al sentir que el garañon le hundió hasta el utero su gruesa pija cabezona , por acto reflejo, mami sujetó mi mano, clavandome los ojos y acercando su cara a la mia con cada embestida. 

Mamá: - Noooooooooooooo!!! noh noh noh, por favor nohhhhhhhhg, andate hijo, nooogh me mireshhh. 

Juan: - Pero si hasta hace rato no te molestaba, no me vengas con cuentos putita. 

Yo: - Me quiero quedar, me gusta ver. Prometo no contarle nada a papi ni a nadie. Me puedo quedar? Siiiiii? Dale mami! 

Juan: - Jajajaja! Ves? Al pajerito le gusta y por tu argolla empapada a vos tambien. Decile que te gusta, dale atorranta, decile al nene... 

Mamá: - Me gustaaaaaaaaaaaaaagh, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Qué voy hacer con vos hijo?, De verda te gusta ver a tu madre así? 

Yo: - Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!, Sos más linda así mami. Te quiero mucho! 

Mamá: - Yo también hijo. 

Diciendo esto mi madre me besó dulcemente en la mejilla sin soltarme la mano, Juan al ver la escena se enardeció y de un solo envión le metió hasta los huevos, provocando que ella se tomara de mí para no caerse de boca al piso. Bufando y aferrandose de su culo, bombeaba a mi madre como si no existiese un mañana. 

Mamá: - Hayyyyyy, papiiiiiiiiiiiiiii! Agrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrgggggggggg, Uy, metemela mi amor, metemelaaaaahhhh. Mi concha es tuya, destrosala... Te gusta así mmmmm? Si mi hijo quiere que sea tu puta lo seré mmm, ahhhhh. Nadie me cojió asíííííííííí, me gustaaaaaahhh... Sos mi macho, haceme lo que quieraaaaaaaaashhh!!! Ay! yaaaayayaya, oiiiiiaah. Que pija hermosa! mmm... Tu padrino me está gozando como el cornudo de tu padre no sabeeeeee. 

Juan: - Querés leche? AGHHHHHHHH! 

Mamá: - Siiiiiiii!!! 

Yo: - Te la traigo de la heladera má? 

Juan: - Mami quiere la leche de mis huevos Ohhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!! Tomá Yegua!!! Hacele un hermanito al nene con mi guasca... ARRRRRRRRRRRRRRGHHHHHHHHHHHH!!! 

Mamá: - MMMMMMMM, SIIIIIIIII!!!! DAMELA!!!! Regame por dentro amor!!! 

El se desplomó sobre mi madre como muerto, tirandome de cola al piso, no se movía, solo rezongaba y le mordía los hombros a su hembra que estaba navegando el mejor orgasmo de su vida. Cuando se apartó de ella pude ver un montón de líquido blanco con grumos saliendo de su concha. Mamá se limpió con la sábana y lo abrazó fuertemente, se besaban morbosamente de la lengua, disfrutaban de las caricias de sus cuerpos y del sabor de sus besos. 

Me subí a la cama y abracé a mamá, en esa posición nos quedamos dormidos, hasta el medio día siguiente. 



VIKINGO MIRON



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