Latest Movie :

RELATOS: SORPRESAS



Siguen las aventuras del cornudo de Toribio, que se nota cada vez la pasa mejor.


Parte VI


El humor cáustico de Anita (mi mujer) y los berrinches de Chuck como amante corneado dominaron mis risas por un tiempo pero como no tengo intención alguna de perder a mi socio intenté tranquilizarlo ofreciéndole que se llevara a mi mujer un fin de semana a donde él quisiera. Obviamente aceptó gustoso y quiso que nos pusiéramos de acuerdo pero le dije que él tomara las decisiones y lo llevara a cabo, la única condición seguían siendo los condones. Así lo hizo. Un día llegaron ambos del trabajo (supongo) avisándome que tenían trabajo en San Luis Potosí en un evento con algunas bandas de rock (de ese que dan por llamar metalero) lo que en cierto modo era verdad pero todos sabíamos a qué iban en realidad.


Cuando tenían escasas ocho horas de haberse ido, leía yo tranquilamente en mi cama cuando me llegó una foto con ella siendo acariciada de los senos sobre el corset y que Chuck le tomó teniéndola encima. Mas adelante me envió otra con ella chupándole el pene (con un mensaje adjunto diciendo: "No te preocupes, se ve clarísimo el gorrito"). Las fotos en realidad no son la gran cosa pero tomando en cuenta el juego eran oro puro. El resto del fin de semana todo se limitó a mensajes en donde él me decía lo que estaban haciendo y al parecer la pasaron muy bien.


Pero lo mas excitante estaba por venir. Un par de semanas después conocí por mi trabajo a un cantante de rock duro (no conozco la diferencia con los otros tipos de rock pero él era de rock duro, según dijo) al que le gustan muchas de las cosas que me gustan a mí y de hecho las mismas prácticas de ejercicio físico. No me detendré en describrirlo pero era, pese a su profesión, físicamente alejado del prototipo de cantantes de música rockera. Un día me dijo que quería tener de "Groupie" alguna mujer casada porque las de costumbre eran unas mocosas que solo buscaban salir en la foto y presumirle a sus amigas. Como yo no entendía una madre de todo eso, me explicó que los artistas no pagan prostitutas por seguridad e higiene pero en cambio buscan chicas, a las que igual les pagan, pero con las que es menos riesgoso todo y les llaman "Groupies" y es menos riesgoso porque generalmente son amigas del núcleo, admiradoras rendidas y fieles o hasta las esposas y/o novias de muchos de ellos. La cosa queda en confianza, según dice. Yendo al grano, Pancho -así le llamaremos al rockero- decía que había conocido a una chica de la que se hizo amigo, que era casada pero que quería convencerla de ser su Groupie en una actuación que tendría con su banda al sur del país. La había conocido en el medio pero ella no era artista sino parte del ambiente y él derrapaba por ella.


A lo largo de algunos días le di consejos (claro, el casanova del Toribio, ya saben) y el me iba poniendo al tanto. Al parecer lo estaba logrando. El día que consiguió que ella aceptara una salida a tomar café me mandó SMS's con los pormenores y al final de la noche estaba feliz, ella había aceptado. Al otro día de eso tuve un encuentro inesperado en un centro comercial, Alicia, la mujer de Chuck, que andaba de compras y que me invitó un café informal en el que charlamos. En la plática ella me dijo que sospechaba que Chuck le ponía los cuernos y que como no podía probárselo no sabía qué hacer. Habló de separación o de hecho divorcio hasta que distraídamente -y sintiéndome chistoso- le sugerí la misma moneda, o sea que ella hiciera lo mismo. En el momento y por su cara me di cuenta que no debí haber dicho tal estupidez, era tanto como decirle que yo sabía todo y que yo quería aprovecharme. De repente soltó la carcajada porque pensó exactamente al revés, que yo estaba seguro de la inocencia de Chuck y que ella estaba exagerando así que yo estaba hablando con ironía, de acuerdo a su sentir. Se sintió mas relajada y yo como un completo imbécil.


Pero aquí viene el entuerto que hizo la parte emocionante de todo y tendrán que leer cuidadosamente porque será fácil enredarse:


1.- Pancho el Rockero, a un día de su gran noche, me pidió consejo para hacer sentir especial a su nueva Groupie por lo que yo lo llevé a una sex shop, le hice comprar un liguero y le sugerí que él mismo se lo pusiera en la pierna y comenzara el cortejo y que, claro, fuera un regalo íntimo y personal. El liguero me gustó por los colores y por su acabado, Anita mi mujer se habría visto linda con él, y Pancho me agradeció la ayuda con una cajetilla de Camel.


2.- Anita mi esposa tenía una invitación a una despedida de soltera (de la hermana de Chamy) el mismo día que Pancho tendría esa especial noche.


3.- Yo tenía, para la misma noche, un compromiso con un par de empresarios que comprarían parte de mis trabajos publicitarios.


4.- Chela, cuyo marido nuevamente andaba de negocios, aceptó mi invitación para pasar la noche juntos... en su casa.


5.- Alicia había encontrado mas evidencias de la excesiva confianza de Chuck y decidió desquitarse en los brazos de un mequetrefe que le estaba sirviendo de paño de lágrimas.


Con los énfasis anteriores me brinco hasta poco después de mi cena de negocios (como mero publicista, claro) en donde camino a casa de Chela, ella y yo nos encontramos en un barecillo de Coyoacan a Alicia y su amigo con algunas copas de mas y en donde chillaba su desventura. Como Chela no podía complicarse en llevarlos a su casa decidí utilizar la mía y fuimos todos en cuarteto. Alicia hacía preguntas incoherentes como: "¿Qué haces tú con Chela?", etc y hasta me dijo de su miedo a que yo le dijera a Chuck del desliz que estaba a punto de cometer. Ya en mi casa todo fue un caos. Yo trataba de calmar a Alicia y le di café y todo eso, cuando me di cuenta, Chela y el mono ese estaban haciendo el amor en el sofá, pero Alicia se enojó alegando que el galán era suyo a lo que Chela nos dijo: "seamos compartidos, ahorita siguen ustedes, hay mas condones". Aquello era una autentica fiesta swinger casi fuera de control. Total, llevé a Alicia a mojarse la cara y en el pasillo no pude evitar ver su cuerpo en aquel vestido corto. Hermosa, bien formada, exquisita y se me ocurrió ponerle la mano en su muslo después de que se sentó en una silla cercana. Miró mi mano y se me acercó, me besó y dijo: "Hazme el amor Toribio, pero no me cojas nada mas, hazme el amor, por favor". La llevé a la habitación en tanto los gemidos y gritos de Chela y mi otro socio (Rafa -ficticio el nombre-) llegaban hasta allá. Me excité bastante. Desnudé a Alicia, desahogué todo el deseo que sentía (y aún siento) por ella, le hice casi lo mismo que Chuck le hizo a Anita en su primera vez juntos y como había desconectado teléfono y apagado celulares, no había riesgo ni de interrupciones ni de que nos descubrieran. Rafa me había quitado a mi amante Chela, al menos esa noche, pero yo me había llevado mi premio por apechugar, Alicia, tan maravillosa como Anita y Chela, Toribio el cornudo (yo) pudiendo disfrutar a las tres mejores mujeres precisamente por gustarme ser cornudo. ¿No es irónica la vida?. Supongo que se preguntarán qué sentí cuando Rafa se cogió a Chela, pues me excitó como buen cornudo que soy.


A las seis de la madrugada prendí el celular por si llamaba Anita pero lo que tenía eran como un millón de mensajes, como diez de Pancho platicándome su aventura y lo bien que la había pasado con su Groupie y el resto del alarmado Chuck que no sabía nada de su mujer. Me sorprendió que no hubiera ido a mi casa pero a esas alturas yo pensaba que, o andaba de parranda o estaba con Anita, que era lo mas seguro. Estaba por responderle cuando me llamó todo fuera de sí preguntándome por Alicia -que estaba acostada a mi lado durmiendo como una pequeña bebé-. Le mentí diciendo que me había llamado para decirme que iba a Guadalajara con su mamá pero que él había apagado su celular y nunca lo encontró disponible, Alicia solo sonrío sin abrir los ojos. Luego me preguntó por Anita -a quien también anduvo buscando- y para no tener que dar explicaciones tuve que decirle: "Mi mujer está conmigo aquí acostadita así que ella tampoco sabe nada", Alicia soltó una ahogada risa diciendo con los labios: "Mentiroso", sin abrir los ojos. Cuando corté, ambos rompimo a reir. En ese momento pude haberme aprovechado aún mas. Alicia me preguntó si sentía algo por ella y fui hábil al responder: "Solo se que pasé la noche con una de las mujeres mas encantadoras del mundo y lo volvería a hacer pero en este momento prefiero ser tu amigo de siempre, el que te respeta y te desea en secreto". Al mediodía los cuatro desayunábamos como los mejores amigos entre risas y bromas.


Parte VII


Ahora bien. Mientras para Anita, Alicia, Chela, Rafa, Pancho el rockero y yo, el sábado había sido de lujo; para Chuck las cosas no habían ido nada bien. Buscó a Anita, que si bien le gusta ser su amante también es bastante independiente, y no la encontró porque a mí mismo me advirtió que quería estar con sus amigas y que apagaría su celular. Fue entonces a ver a Chela a modo de consolarse (y porque quería ganarme también con ella) pero Chelita estaba oficialmente conmigo. Al final decidió llevar a su mujer a algún antro a divertirse y, sorpresa, le había dejado un recado en la mesa de su fino comedor diciéndole que estaría fuera toda la noche. Alicia quería darle celos y en su momento lo consiguió pero el verdaderamente sorprendido fui yo porque en ese desayuno Alicia y Chela confesaron sentirse bien conmigo y Chela dijo que le había encantado Rafa. Yo confesé por mi parte que me gusta, me encanta, ser cornudo así que podían ponerme los cuernos con Rafa o el que fuera. Me preguntaron si Anita lo sabía, les dije que sí y que se estaba aplicando. Rieron y todo acabó bien con Rafa ofreciéndose a ayudarme a afilar los cuernos con Anita. Nada perdido el amigo Rafa.


Para el martes, Pancho fue a verme y prometió enseñarme algunas foto de su aventura pero como él respetaba micho a su amiga no enseñaba la cara. La chica con el liguero puesto se veía deliciosa, hasta envidia me dio. Dijo que tal y como habíamos quedado le había regalado el liguero y que luego me la presentaría y se fue. En casa, y tratando de despistar lo del sábado por la noche, le pregunté a Anita que cómo le había ido en la despedida de soltera. Estaba sentada en la cama mirando la tele y sonrío de oreja a oreja, fue a su buró y dijo: "Bien, muy bien. Mira, me regalaron esto". Acto seguido, me dio el liguero que yo le había hecho comprar a Pancho. Mis cuernos por primera vez los sentí brillar como el oro.


Próxima entrega: "Somos cornudos pero a mí me gusta serlo"


VIKINGO MIRON
Share this article :
Copyright © 2011. Wide Girl - All Rights Reserved
Proudly powered by Blogger